Relatoría 3 / Mapeo y croquis: reconociendo el territorio

Relatoría 3 / Mapeo y croquis: reconociendo el territorio

Florencia Roveri - 25 septiembre, 2022
El Semillero de Redes Comunitarias sigue en marcha. Durante varios encuentros el equipo de AlterMundi explicó algunas de las tareas previas para llevar a cabo el despliegue de una red libre y comunitaria: el mapeo de contexto, los croquis individuales de cada uno de los puntos de montaje de los nodos y el mapa participativo colectivo.

Para comenzar, Jésica comentó en qué consiste un mapeo de contexto: se trata, en principio, de un análisis del lugar donde habitan las personas que gestionan la red comunitaria o serán beneficiarias de la misma. “Entender la realidad territorial de la zona de influencia de la red que van a estar desplegando hace que conozcan el territorio en que va a estar la red y que la misma sea funcional a ese análisis”, dijo. ¿Por qué realizar un mapeo? “Porque los mapas son una herramienta casi universal. Es una imagen de algo que ya conocemos, es un mapa del territorio que por lo general utiliza íconos y colores de fácil identificación”.

Elaborar un mapa de contexto implica no solo señalar el lugar o los lugares dónde se instalará la infraestructura de red sino también poder analizar cómo un proyecto de comunicación puede impactar de diferentes maneras dentro de un territorio. Para ello es importante entender su entramado, su realidad social, reconocer sus instituciones o los espacios que pueden necesitar tener conectividad por el rol social que cumplen dentro del territorio.  “El mapeo es un proceso que abarca la información territorial y social de la comunidad.  Después va entrando en detalle tanto en lo que refiere al impacto directo de la red (interconexión entre instituciones) como sobre los lugares puntuales dónde se colocarán los aparatos. Todos esos elementos estarán en ese mapa. Cuanto más contemple los diferentes elementos, más identidad reconocida va a tener esa red”.

En el encuentro siguiente Marcela se encargó de explicar en profundidad y mostrar con ejemplos cómo se realizan los croquis individuales de los puntos de montaje; por qué son importantes y qué información aportan. Básicamente, los croquis consisten en planos en los que se debe plasmar toda la información de cada uno de los lugares donde se colocarán los LibreRouter. Se trata de un dibujo lo más completo posible de esa edificación, con los datos de su entorno de media y corta distancia.

“El croquis es una herramienta que nos va a exigir subirnos al techo y de allí visualizar lo que se vé y lo que no se vé. Es importante tomar nota de los datos para que sea un archivo que luego se sume a la carpeta de la red. Es la información plasmada en papel a la que podrá acceder quien no esté subido en el techo, para que pueda conocer toda la información que se ve desde allí: si hay una pirca, si hay una chimenea, si hay una estructura útil para sostener una antena. También vamos a necesitar tener en cuenta si hay una estructura donde se pueda colocar el caño tubular al que vamos a afincar el nodo o LibreRouter. Y lo más importante es que sea seguro y de fácil acceso. Por eso, lo fundamental es subirse a un techo: los nodos que se enlazan entre sí necesitan tener línea de vista despejada, desde allí podrán identificarse los posibles enlaces con otros nodos de la red”, apuntó Marcela.

“Cuántos más detalles tengamos, más óptimo será nuestro montaje. Con el croquis van a poder ser partícipes en la toma de decisiones porque se pondrán en valor los puntos de interés comunitarios o instituciones o espacios que quisiéramos sumar a la red. Los croquis sirven para ir completando ese listado que comenzó con el mapeo de contexto y que va a seguir sumando información de la comunidad que sea relevante para la red”.

Una vez que avanzamos con los croquis individuales, el segundo paso es la confección de un mapeo colectivo que consistirá en una actividad grupal, participativa y colaborativa durante la cual se diseñará la estructura de la red comunitaria, se definirán gran parte de las tareas y se planificará su ejecución. “Es una jornada de trabajo colectiva y grupal. Toda la información que compartamos durante el encuentro va a enriquecer nuestro mapeo. Allí vamos a incorporar la información de los croquis individuales para ir armando el recorrido de nuestra red mesh. Lo primero es ubicar en el mapa los elementos destacados por la comunidad en los debates previos, el segundo paso es agregar la información de los croquis”, puntualizó Marcela. A medida que se va armando el mapa se empieza a vislumbrar la estructura en malla de la red. En esta instancia es valioso el conocimiento del territorio que pueda aportar cada vecinx de la comunidad que participe o quiera sumarse al mapeo colectivo.

Tanto los croquis como los mapas son elementos comunicacionales: es recomendable que contengan suficientes referencias claras y legibles para que cualquier persona pueda reconocer el lugar e interpretar dicha información

Con la explicación teórica y práctica dada por las integrantes de AlterMundi, las organizaciones comenzaron a diseñar sus propios mapas y croquis de los puntos de montaje. Durante varios encuentros del semillero fueron compartiendo avances de la tarea -que sigue en proceso- dando cuenta de las dificultades, dudas que fueron surgiendo y de qué manera pudieron llevar a cabo el trabajo al interior de su barrio y/o comunidad. La puesta en común de esta experiencia es clave para potenciar el aprendizaje mutuo entre las propias organizaciones.

Bialet Massé: El sueño de conectar la ruralidad

Melina forma parte de la cooperativa agropecuaria Cultura Árbol Tierra Adentro que se encuentra en la localidad cordobesa de Bialet Massé. La organización nació hace cuatro años con un objetivo concreto: recuperar la tierra para el trabajo comunitario rural, al oeste de las sierras de Punilla. En Cultura Árbol se dedican a la producción de alimentos agroecológicos, reproducción de especies nativas, medicina ancestral, trabajo avícola, banco de semillas, plantines y bioinsumos. Es una de las 15 comunidades de todo el país que se sumó al Semillero de Redes Comunitarias con el sueño de poder llevar conectividad a esta zona periurbana y potenciar algunos de sus principales proyectos: la construcción de una radio comunitaria y de un centro metereológico para la tarea que llevan adelante las brigadas comunitarias.

“Nuestra lucha es la soberanía alimentaria y trabajamos en distintas áreas, una de ellas es la forestal”, nos cuenta Melina. En esta área trabajan todo lo vinculado a la reproducción de vivero, compostaje, manejo de bosque y conservación de semillas, yuyos nativos y medicina. “A través de lo forestal trabajamos la conciencia y remediación en nuestra zona, si bien el avance inmobiliario es inminente, intentamos tener un poco más de información sobre el impacto ambiental y la afectación en nuestra zona rural que tiene que ver ni más ni menos que con el agua”. A su vez, la cooperativa promueve el desarrollo de huertas comunitarias y familiares con producción agroecológica y su comercialización a través de ferias, almacén local y los nodos de consumo donde articulan con más de quince organizaciones de la provincia de Córdoba.  “Nuestro trabajo es social, ambiental, cooperativo, diverso y popular” afirma Melina. “Somos un total de 30 familias con proyecto predial y comunitario, algunos en territorio y otrxs en zonas rurales del corredor de Punilla”.

Las brigadas comunitarias surgieron en el 2016 con la necesidad, en ese entonces, de desarrollar huertas y reforestar espacios y plazas en la zona urbana. Eso implicaba enseñar y educar cómo restaurar un lugar y acompañar todo ese proceso. “En ese entonces nos reconocíamos más como guardianes de territorios”, rememora Melina. Después de los grandes incendios del 2020, el proyecto se amplió para poder conformar las brigadas forestales que tenían una acción directa contra el fuego. Actualmente “otra vez nos estamos transformando y estamos pasando de ser forestales a brigadas comunitarias entendiendo que también el trabajo es de prevención, promoción y de cuidado. Entonces se multiplican y consolidan, buscan su arraigo y su camino y en eso estamos hoy, ya dirigiendo nuestra brigada comunitaria integrada por personas de nuestra comunidad”. Uno de los sueños que tienen es poder construir una central metereológica y para ello vienen articulando con el Ministerio de Seguridad de la Nación y participando de distintas asesorías junto a otras instituciones. Por eso, dice Melina, es tan importante “alcanzar nuestra soberanía tecnológica”.

Otro de los proyectos a futuro es la construcción de una radio comunitaria. “Somos comunicadores populares y buscamos en los territorios la información para que sea multiplicada, y es muy importante que lxs compañerxs puedan ponerle voz a esta situación, recuperar la cultura, crearla, transformarla. Una radio comunitaria no implica jefes ni directivos, significa una actitud de conocimiento y de organización común con una constancia muy importante. Saber sostener aquello que empieza”. Autogestión es la palabra que elige Melina para explicar lo que implica crear una radio propia. “Saber que pueden lograrlo es un sueño muy importante para poder comunicar otro mundo posible”.

¿Cómo fue su experiencia en la elaboración de mapeo y croquis?

Melina cuenta que hace tiempo vienen realizando un mapeo del territorio que consideran necesario actualizar debido al crecimiento que está teniendo la comunidad. Ser parte de este Semillero justamente les permite avanzar en esa reactualización y apostar con decisión a la propia soberanía tecnológica, aprendiendo a realizar un croquis teniendo en cuenta las características geográficas de la zona. “Vivimos en un lugar con muchas lomadas y eso dificulta el acceso a la tecnología pero podemos lograrlo si nos organizamos, si estudiamos, si multiplicamos los nodos. Un paso muy importante es que los espacios comunitarios, en esta primera etapa, puedan tener internet, para que las compañeras puedan formarse, para poder materializar nuestros sueños que no solo es la radio sino el acceso a internet para buscar información y trabajar en red”.

En el encuentro del 14 de julio compartieron los avances de su mapeo de territorio:  “Desde un principio siempre fue importante marcar el centro hacia la periferia. En el centro está la comunidad que es la cooperativa, donde están los miembros más activos. La idea de la organización es llegar a las personas a las que el Estado llega lentamente”, explicó Melina mientras mostraba el boceto: un círculo con tres aros bien delimitados. En el centro se ubica la cooperativa, luego hay un espacio integrado por campesinos tradicionales que habitan la cooperativa o que se interrelacionan con ella de manera más circunstancial, y en el tercer aro, la comunidad local de Bialet Massé y beneficiarios externos de la cooperativa. “Es una zona periurbana sin servicios que está en desarrollo por lo que los obstáculos están a futuro”, indicó Melina describiendo, a grandes rasgos, características del territorio que aún no cuenta con un ordenamiento territorial.

Luego compartió un segundo mapa con mayor detalle de información: en el mismo se identifican las viviendas de las familias que se ubican en la zona (a las que marcaron con triángulos), la vegetación existente y los posibles lugares donde, en principio, instalarán los cuatro nodos LibreRouter. También localizaron en el mapa el lugar donde se encuentra la antena con conexión wifi (detrás de una casa que se ubica en una lomada) y otra con fibra óptica ubicada a 1 kilómetro de distancia pero de muy difícil acceso.  “No tenemos muchas instituciones cerca, hay un solo comercio y hay viviendas en construcción. Somos cerca de 30 personas las que vivimos de manera permanente en la zona pero muy dispersas. Tenemos que seguir ajustando el trabajo de campo, sobre todo por las lomadas que existen”, contó Melina y sumó, como dificultad, el clima ventoso que predomina en la zona. Durante el encuentro, Marcela les sugirió avanzar con los croquis individuales de los puntos de montaje.

Hoy pensamos en un croquis cercano que nos posibilita el conocimiento más profundo del territorio, y después extendido a toda la comunidad de Bialet Massé en la medida que el proyecto vaya teniendo su curso.

Melina refuerza la necesidad de transitar con paciencia y constancia en este proyecto de red que tanto los entusiasma. “En esta primera etapa priorizamos la conectividad en los espacios comunitarios para luego ir a lo familiar. Aún no sabemos los obstáculos que vamos a tener y sobre todo si vamos a poder sortearlos, entonces es importante ir de a poco y sin crear expectativas. Hoy pensamos en un croquis cercano que nos posibilita el conocimiento más profundo del territorio, y después extendido a toda la comunidad de Bialet Massé en la medida que el proyecto vaya teniendo su curso. El mapeo no queda solo en un papel, se tiene que ir alimentando día a día a medida que vamos avanzando”.

Campo de la Rivera: Compartir y profundizar saberes

La Asamblea Campo de la Ribera forma parte del Encuentro de Organizaciones de la provincia de Córdoba y expande su trabajo territorial en uno de los barrios populares ubicado al este de la ciudad de Córdoba. Entre sus principales actividades se encuentra la escuelita tecnológica donde brindan formación vinculada a software libre, redes comunitarias, etc; el comedor y la copa de leche, la cuadrilla de limpieza y construcción y tareas de apoyo escolar. “Es un espacio en donde se busca generar acciones que mejoren las condiciones de vida, tanto materiales como culturales de los habitantes de este barrio”, señalan sus integrantes.

¿Por qué es importante llevar conectividad al barrio? Carla explica: “En nuestro barrio popular el acceso a internet está muy limitado y en la zona no había proveedores de internet que pudieran llevarnos el servicio, en ese contexto, ya teníamos una dificultad para acceder a este derecho universal. Con la pandemia eso se radicalizó y la necesidad de poder estar conectadas para acceder a salud, educación, fue muy fundamental y estábamos en una situación muy difícil. Ya conocíamos la experiencia de AlterMundi y nos pusimos en contacto para ver la posibilidad de poder conectar una red comunitaria en el barrio. Buscamos financiamiento para poder comprar dos LibreRouter y empezamos a hacer el despliegue de esos nodos y a la vez estamos en este Semillero para compartir y profundizar los saberes”.

“En nuestro barrio popular el acceso a internet está muy limitado y en la zona no había proveedores de internet que pudieran llevarnos el servicio, en ese contexto, ya teníamos una dificultad para acceder a este derecho universal”.

La Asamblea es una de las organizaciones que más ha podido avanzar en el armado de mapeo y de croquis individuales de cada uno de los nodos que tendrá su red comunitaria ya que hace tiempo vienen articulando y formándose en las actividades que realiza AlterMundi. Así fue como el año pasado comenzaron a realizar un “mini mapeo” entre vecinxs para conocer quiénes tenían internet y a quiénes les gustaría instalar un nodo en su casa. De esta manera pudieron, para este Semillero, seguir avanzando con la actualización de aquel mapa identificando las distintas edificaciones donde colocarán sus LibreRouter.

Un dato que tuvieron en cuenta: la cercanía de estos lugares con el salón comunitario o domo que posee el barrio y el cual no cuenta con conexión a internet. Llevar conectividad a este espacio es una prioridad para la comunidad de Campo de la Ribera. Por ese motivo es que hace unos meses lograron instalar el caño (donde va colocado el LibreRouter) en el techo de la casa de un vecino. El paso aún pendiente es la instalación del enlace para llevar internet, una de las metas que buscan concretar en esta etapa del Semillero.

Durante el encuentro virtual Carla mostró, primero, un mapa digital con vista aérea del barrio para el cual utilizaron la herramienta de Google Earth. Después fueron explicando cada croquis que dibujaron a mano alzada y las distintas fotografías que tomaron en los techos de las casas desde donde realizarán los enlaces de los nodos.  La principal dificultad que observaron es la presencia de árboles frondosos y de gran altura. Sin embargo, las compañeras buscaron y reconocieron las líneas de vista despejada entre las viviendas vecinas y los lugares posibles para colocar la infraestructura de red. Los croquis individuales que hicieron de la casa de “Manu y Brisa”,“Gonchi”, “Keila”, “Mari, Sole y Claudia” y “Vero” estaban perfectamente detallados: todos contenían los elementos indispensables para que cualquier persona pudiera reconocer el territorio: señalización de árboles, arboledas y calles, líneas de vista entre una casa y otra, cantidad de metros de distancia, nombres de pila para identificar cada nodo, material de los techos. También dieron cuenta del uso de distintos recursos para la elaboración de los croquis y mapas: por un lado el digital a través de Google Earth con la que mostraron una visión global de algunas manzanas del barrio y por el otro, el analógico a través del dibujo a mano con el que hicieron los croquis de los puntos de montaje.

“Se nota el trabajo que le han puesto a los croquis, a las fotos, son una comunidad que ya comprende la importancia de hacer este análisis y organizar la información”, señaló Jésica y destacó el proceso de trabajo colectivo que hace tiempo viene realizando Campo de la Rivera, sobre todo, para que pueda servir como referencia para otras comunidades que recién están dando sus primeros pasos. “El sueño es que todas las comunidades en algún momento se encuentren con este nivel de desarrollo de compartencia”, alentó.

Quebrada de Escoipe: La comunicación, y la conectividad, como derecho humano.

Desde el norte del país, una de las comunidades que se sumó al proceso de formación en redes comunitarias del semillero es la Quebrada de Escoipe, provincia de Salta.  Allí se encuentra la radio comunitaria “La voz de la quebrada”, que integra la Mesa de Comunicación Popular de Salta y Jujuy, un espacio que surge en el año 2012 y que nuclea a diversas instituciones y organizaciones sociales de estas regiones, con el objetivo de acompañar iniciativas de comunicación en los territorios, preferentemente rurales.

Virginia, Belén y Magalí son comunicadoras populares de la radio que participan de los encuentros del Semillero. “Nos sumamos más que nada por la radio, porque en la zona donde nosotros estamos no hay conectividad y estos router nos ayuda también a poder tener comunicación entre los parajes que tienen una distancia de dos kilómetros y hay familias que viven allí. Asique sería una victoria poder llevar la conexión”, dice Magalí transmitiendo la importancia de acceder a un derecho tan esencial como la conectividad ya sea para la propia radio comunitaria como para las familias que habitan los parajes de la quebrada.

Virginia fue quien mostró y explicó el mapeo de territorio que realizaron durante un encuentro en el que hubo una gran participación de la comunidad. “Primero hicimos un reconocimiento del territorio para ver cómo llevar internet a la radio. Eso es muy importante. La conexión satelital a internet está en la escuela rural de la comunidad que está a gran altura, ubicada en uno de los parajes de la Quebrada”. La radio se encuentra a pocos kilómetros de allí y en el medio se ubica la casa de Pedro, un vecino de la comunidad, que tiene una línea de vista despejada hacia la radio y la escuela. “Creemos que allí se puede instalar un nodo para que llegue a la radio”, comenzó explicando Virginia.

“entre todos los vecinos fueron poniéndole nombres al mapa, a la ruta, al cerro, al río, a las casas de las familias. Hubo una participación muy abierta y hubo un consenso general de que los primeros cuatro nodos puedan instalarse en estos parajes.”

Para identificar a la escuela dibujaron una bandera que permite ubicarla fácilmente en el mapa. También marcaron la cadena montañosa, los caminos y el río. Tanto en la escuela como en la radio hay dos torres donde podrían colocar los LibreRouter. Luego mostró un segundo mapa que hace foco en la zona donde se ubica la radio de la comunidad, justo al lado del río Malcante. El objetivo es poder conectar los dos parajes, Escoipe y Malcante, y que la radio, principal medio de comunicación, pueda tener internet.

La experiencia de este mapeo de contexto fue especialmente rica: “entre todos los vecinos fueron poniéndole nombres al mapa, a la ruta, al cerro, al río, a las casas de las familias. Hubo una participación muy abierta y hubo un consenso general de que los primeros cuatro nodos puedan instalarse en estos parajes. Todavía nos falta subir a los techos de las casas y armar los croquis. Vamos lentos por los tiempos de la quebrada que son muy distintos” contó Virginia.

Magalí, por su parte, sumó una duda que les surgió durante el proceso: “¿a qué altura máxima tendría que estar colocado los postes?”. Es que entre las principales dificultades que encontraron está el clima ventoso de la zona. En este caso no hay árboles que obstruyan pero la humedad, los vientos y las tormentas eléctricas durante el verano, son un factor importante a tener en cuenta.

Marcela de AlterMundi las felicitó por el trabajo que comenzaron a iniciar. “Esto sirve de experiencia para otras comunidades porque el núcleo de gente que está en principio pensando la red imagina algunas cosas y es muy frecuente que después, a la hora de hacer el croquis o se dan instancias de asambleas donde participa más gente de la comunidad, esos planos de inicio vayan modificándose”.

Con respecto a la inquietud, fue Jésica quien respondió: “tiene que estar lo suficientemente alto o bajo siempre que haya buena línea de vista despejada tanto en primavera como de acá a unos años. No hay un valor que diga “cuánto más alto mejor”. Es todo lo alto que haga falta. Si hay una torre se puede aprovechar y si hay otra alternativa más baja, también. Tendrán que evaluarlo respecto al mantenimiento y el acceso a ese lugar”. “Las torres pueden servir para sostener de una manera firme y estable los nodos”, aportó Marcela.

“La idea es poder ir de a poco para conectar la mayor cantidad de familias posibles, pero por lo pronto son estos 4 nodos y ver si es posible” señalaron las integrantes de la radio comunitaria.

Compartir y aprender colectivamente

La instancia de exponer y compartir los avances de mapas y croquis que cada organización fue elaborando, con sus tiempos internos, resulta muy necesaria para fortalecer el aprendizaje colectivo a partir de la experiencia. Fueron muchas comunidades las que, además de las que mencionamos en esta relatoría, pudieron dar cuenta del proceso, con mayor o menor grado de avance: Tierra Fértil de Palma Sola, provincia de Jujuy, la Universidad Campesina de Santiago del Estero (UNICAM) del Mocase, integrantes del Movimiento Evita de Tostado, provincia de Santa Fe, la Federación de Organizaciones de Base (Fob) de Sebastián Elcano, las compañeras que integran Barrios de Pie de la localidad de La Perla de Córdoba, entre otras.

Escuchar a otras organizaciones del Semillero que están más avanzadas nos sirve un montón para pensar ideas y brindar la información a la asamblea (Magalí)

“Me siento privilegiado de tener que hacer los croquis después de haber visto el laburo que hicieron las compañeras de Campo de la Rivera. Fue muy claro con los dibujos y las fotos”, dijo Martín de Semillas del Sur. Para Magalí, de Quebrada de Escoipe, “ver el croquis de otras comunidades nos ayuda un montón porque después tenemos que guiar al resto de la comunidad. Por ejemplo, no sabíamos que teníamos que subir al techo para ver las distancias y escuchar a otras organizaciones del Semillero que están más avanzadas nos sirve un montón para pensar ideas y brindar la información a la asamblea”. Por su parte, Carla, de Campo de la Rivera, aportó su mirada: “está buenísimo ver croquis porque esa referencia visual te ayuda a recordar qué es lo que viste”.

“Es muy importante poder ilustrar, comunicar, relatar el proyecto de cada comunidad y que puedan explicar con sus propias palabras qué es lo que está en el croquis, en el mapa, además de realizarlo”

“Es muy importante poder ilustrar, comunicar, relatar el proyecto de cada comunidad y que puedan explicar con sus propias palabras qué es lo que está en el croquis, en el mapa, además de realizarlo” sintetizó Jésica. “Se van a dar cuenta en la medida en que vayan subiendo a techos nuevos o haciendo otros croquis que automáticamente su mente va a ver las cosas que hacen falta ver”. La mirada se entrena con el hacer colectivo, la comunicación y la enseñanza de todo lo que conlleva realizar un mapeo o un croquis. Transmitir la experiencia, compartir situaciones y dificultades y comunicar la importancia del sostén colectivo de una red comunitaria es esencial para la continuidad de todo proyecto. Y esa necesidad y esa pasión se transmite a través de la formación colectiva.  “Parece que están aprendiendo solo a hacer un dibujo pero en realidad están aprendiendo muchísimo más”, finalizó Jésica.